jueves, 19 de julio de 2012

El Estado de Derecho, en claro peligro

El Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos afirma: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión". Además, el Artículo 20 de la Constitución Española reconoce y protege los derechos "a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción" y a "comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión". Así al menos lo estudié en la Universidad y no creo que, de momento, haya cambiado.

Pues bien, en el día de hoy, el Partido Popular -y, por ende, el Gobierno de España- ha aprobado en el Congreso de los Diputados que se inste al Gobierno -es decir, a sí mismos- para tipificar como delito la mera difusión de información, la resistencia pasiva, la desobediencia civil, además de limitar el derecho de reunión y manifestación y endurecer el concepto de 'alteración el orden público', apoyando descaradamente la moción de Convergència i Unió en tal sentido. Pero entre la propuesta de los nacionalistas catalanes que tanto ha agradado al PP se incluye un párrafo que iguala o incluso supera todo lo anterior; atentos: "Recoger la tipificación específica de la difusión de información que tenga por objeto organizar, promover la participación o reforzar la decisión de tomar parte en acciones de alteración del orden público constitutivas de delito". Vamos, lo que traducido viene a ser que si en teoría apoyas una manifestación y así lo haces constar en internet, en la práctica podrías ser juzgado por la comisión de un delito.
Estaba claro que tras atacar vía recortes la Sanidad, la Educación y la Cultura públicas, el siguiente paso en la desmembración del Estado de Derecho español (no el del Bienestar, el de Derecho) iba a ser cercenar la libertad de expresión, y como la mayoría de los medios de comunicación convencionales están relativamente controlados a través del flujo de subvenciones y la publicidad, amén de unos dueños plegados a la Banca cuando no son la misma Banca, imagino que a por lo que van -realmente- es a por las redes sociales, auténtico motor de comunicación de esa gran mayoría en España que no puede o no quiere acceder a un diario a diario, y verdadero foco de la crítica social más corrosiva hacia el actual Gobierno de Mariano Rajoy. Se han liado la manta a la cabeza y pretenden cambiar la legislación sin cambiar antes la Constitución, y en el ambiente prerrevolucionario y convulso en el que nos están haciendo vivir -porque hace un año no vivíamos así- ello supone una nueva provocación que, sinceramente, no sé qué pretende salvo caldear aún más el ambiente y de paso justificar la campaña publicitaria que han puesto en marcha para reclutar nuevos policías, guardias civiles y soldados. Les van a hacer falta, sobre todo ahora que parte de esos cuerpos y fuerzas ya comienzan a manifestarse en las calles junto a la ciudadanía. Mientras el Gobierno no lo apruebe vía Consejo de Ministros, blogs como éste u opiniones vertidas a través de Twitter o Facebook seguirán siendo legales; después, ya veremos. Atacando la Sanidad, la Educación o la Cultura mermas el Estado del Bienestar; atacando la libertad de expresión y el derecho a la información destruyes una de las bases fundamentales del Estado de Derecho.

Sólo recordaré, para finalizar, que esta moción se ha aprobado con el Congreso de los Diputados blindado por la Policía Nacional y acordonado por un vallado de seguridad. Tienen miedo. Y el miedo se huele. Igual que la sangre.

viernes, 13 de julio de 2012

Lo que esconde el ¡Que se jodan! de Andrea Fabra


Seguramente, en su imaginario personal, Andrea Fabra, diputada del Partido Popular, lanzó ese ¡Que se jodan! pensando que así apoyaba la intervención de Mariano Rajoy el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, le ha hecho un flaco favor al PP, porque ha puesto encima de la mesa lo que realmente esconde esta desafortunada expresión:

  1. Andrea Fabra ha destapado la calaña de la que están hecha algunos diputados que ocupan su escaño, ha destapado lo que algunas de sus 'señorías' piensan sobre los parados, esa gente que hace cola frente a las oficinas del INEM esperando a que les den su prestación mensual gracias a la cual no buscan trabajo y viven de Papá Estado. Por eso se les recorta la prestación al sexto mes, para que espabilen.
  2. Andrea Fabra debe pensar que está por encima de la gente que lo pasa mal, debe pensar que es de una casta aparte, esa casta que a la que no le importa lo más mínimo la suerte que corren los ciudadanos. Tenga en cuenta, señora Fabra, que no a toda la gente le toca la lotería cada Navidad, como a su familia.
  3. Andrea Fabra ha logrado que lo que era un secreto a voces se haya convertido en una realidad. Los méritos que hacen algunos para ser políticos y para conseguir un escaño es cero. En algunos casos, basta tener la recomendación del alguien de arriba o, como en este caso, ser hija de alguien de peso en el Partido Popular: ser hija de Carlos Fabra ha de servir para algo. Ese 'amor' por la política, ese querer convertirse en un servidor público no es tal, sino que pasa de generación en generación, de padres a hijos, como un modo de vida, como una manera segura de tener el futuro asegurado. Y con esa actitud, esta gente desvirtúa la política, algo de lo que todo deberíamos sentirnos orgullosos, algo que debería ser muy grande.
  4. ¿Y los votantes parados del Partido Popular?¿Qué deben pensar los que de buena fe votaron al PP pensando que cambiaría su suerte? ¿Qué deberían hacer? Hacer fuerza para forzar la salida de Andrea Fabra, que deje su escaño a alguien que muestre más respeto y que realmente haga cosas para que los parados de su provincia dejen de serlo. Sinceramente, no creo que un votante parado del PP tenga como objetivo joderse personalmente.
  5. En este caso, y tras la repercusión que está teniendo este caso, el PP debería tomar cartas en el asunto. Debería expulsarla, aunque seguramente no será así. Anoche, desde el Partido Popular se mandaron SMS a periodistas afirmando que ese ¡Qué se jodan! iba dirigido a los miembros del Grupo Socialista. Si eso es así, ¿con qué razón lo hace? ¿Cómo se joden los diputados del PSOE cuando Rajoy anuncia los recortes? ¿Acaso el Grupo Parlamentario Socialista está compuesto de parados?
Aquí les dejo un 'tweet' de Borja Sámper, presidente del PP de Guipúzkoa, sobre el caso que nos ocupa. Les recomiendo que si tienen cuenta en Twitter le sigan.

lunes, 9 de julio de 2012

¿A qué teme Mariano Rajoy?


Todo aquél que siga la actualidad política de este país sabrá la manera preferida de Mariano Rajoy en afrontar los problemas. El líder del Partido Popular y actual presidente del Gobierno de España siempre ha sido partidario de dejar que los problemas se pudran por sí mismos, que se resuelvan de alguna u otra manera. Recuerden sino cómo encaró a sus críticos dentro del PP cuando perdió las elecciones generales de 2008, o la estrategia que siguió para apartar a los implicados en la trama Gürtel. Rajoy siempre ha sabido aguantar la presión tanto interna como externa muy bien.
Desde que llegó a la presidencia del Gobierno a finales del pasado año, ha seguido la misma estrategia. Sin embargo, estar en Génova no es lo mismo que estar en La Moncloa. Muy poco se ha prodigado Mariano Rajoy con los medios de comunicación, y muy poco lo ha hecho para explicar a los ciudadanos todas y cada una de las medidas que está tomando para evitar el tan temido rescate al Estado Español. Podría decirse que los socios europeos lo conocen mejor que los españoles.
Todavía no ha comparecido ni una sola vez tras los Consejos de Ministros en los que se han ido aprobando de manera sistemática las medidas de ajuste más severas de toda la democracia. La presencia de Rajoy en los medios y frente a la opinión pública se ciñen a las que hace hacia su propio público, esto es, en actos del PP o los de la Fundación FAES. Ha decidido que este año es mejor no hacer el Debate del Estado de la Nación (total, es muy aburrido y todo el mundo sabe cómo acaba), y ha preferido fotografiarse junto a los jugadores de la selección española o junto al arzobispo de Santiago entregándole el Códice de la Catedral de Santiago, y también ha decidido que es mejor no ir a Valencia en la peor oleada de incendios que se recuerdan en décadas.
Ser presidente de un Gobierno exige algo más que fotografías amables, exige dar la cara. Va en el cargo, además de ir quemando poco a poco a algunos de tus ministros. Y no estoy exigiendo nada más que el compromiso que adquirió a comienzos de año, cuando afirmó que no se iba a esconder frente a la crisis.

miércoles, 4 de julio de 2012

Canal 9: Entre todos la mataron...

El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que en los próximos dos o tres meses va a dejar en la calle a más de mil trabajadores de la Radio Televisión Valenciana no es sino la conclusión lógica a la política de desmanes que, a todos los niveles, ha regido durante los últimos veinte años en el ente público. Veinte años, se dice pronto, pero es casi el tiempo que lleva el PP gobernando en la Comunidad Valenciana. Y me gustaría explicarme convenientemente antes de que las docenas de compañeros (algunos incluso amigos) que allí -aún- trabajan se armen con antorchas y vengan a por mí. La explicación de la falla, como decimos en Valencia, es muy sencilla. Canal 9 nació en 1989 bajo el último Gobierno socialista de Joan Lerma, al amparo de una Ley que ni socialistas ni posteriormente populares se han encargado de respetar o hacer cumplir. Con el ascenso al poder de Eduardo Zaplana en 1995, la televisión pública de los valencianos pasó a ser responsabilidad del PP, que se encontró una plantilla de 653 trabajadores (ya inflada para la época) y una deuda asumible y ajustada de 32 millones de euros acumulada en seis años de emisión. Diecisiete años después -como acertadamente denunciaba a principios de 2012 'El País'-, la plantilla supera los 1.800 trabajadores y la deuda se dispara a los 1.200 millones de euros, gracias a los Gobiernos de Zaplana y posteriormente Francisco Camps, quien al suceder al murciano también se encargó de colocar a "los suyos" y reorientar de nuevo la línea editorial de la cadena. Sólo las cifras bastarían para poner en entredicho la extraña gestión y administración del ente público durante estas dos décadas, pero si contamos que 800 de esos 1.800 trabajadores han sido colocados 'a dedo' sin pasar por ningún tipo de oposición o examen empezaremos a entender el desmadre financiero que ha regido Canal 9. Y eso no me lo tiene que contar nadie porque lo he vivido: Media redacción del extinto 'Mini Diario' fue contratada en Canal 9 a finales de los 90 con una simple llamada telefónica (pero no una por compañero, no, una para todos en plan "y ahora pásame con X" ...patético y muy ratero, la verdad).
Un ejemplo más: ¿Saben lo que cuesta disponer de un equipo emitiendo en directo para un informativo, es decir, un enlace de satélite para apenas un minuto de televisión? Unos 6.000 euros. Pues bien, nuestros servicios informativos a lo largo de estos años han tenido a bien contarnos en directo -y a ese precio- sobre la calabaza más grande cultivada en la Comunidad Valenciana o una concentración de moteros en cualquier pueblo. Información, lo llaman. Y eso sólo los informativos; súmenle ahora el resto de programas al estilo de 'En Connexió', que viven básicamente del directo...
Otro: Contraviniendo claramente el espíritu y la letra de la Ley de Creación del Ente Público Radio Televisión Valenciana, durante más de diez años se ha mantenido un bloque de unos 600 trabajadores con contratos de obra a los que cíclicamente se despedía y volvía a contratar en función del programa o departamento al que estuvieran adscritos.
Y el peor ejemplo posible: los sueldos. El único punto de envidia que -creo- hemos tenido el resto de periodistas valencianos durante estos años hacia los compañeros de Canal 9. Nóminas muy por encima de la media del sector y del país para unos trabajadores con una cantidad de trabajo (no entro a discutir la calidad) mucho menor que la media. Conozco muchos compañeros que nada más salir de firmar su contrato en Burjassot se iban al concesionario más próximo de Audi a encargarse un A-3 o meterse en una hipoteca de 400.000 euros. No hay estómago más agradecido que aquel que está bien alimentado. Para que se hagan una idea, sólo el capítulo de Personal en los presupuestos de Canal 9 de 2009 superaba los 81 millones de euros cuando, por ejemplo, los ingresos previstos por publicidad y venta de derechos (fútbol) fueron de 45.
En medio de todo ello, contratos salvajes con productoras mediocres para llenar el bolsillo de amiguetes y de paso la parrilla de programación con bodrios infumables, viajes no justificados a cargo del erario público a celebrar cumpleaños en Marruecos, despliegues dignos de la CNN para celebrar la visita del Papa o cubrir las regatas de la America's Cup, pago de derechos y un equipo específico para la retransmisión de la Fórmula 1 cuando una cadena nacional ya lo emitía en abierto o la pérdida en picado de una audiencia que en 1995 rozaba el 19% de 'share' y que en la actualidad apenas llega al 6%... vamos, que difícilmente se ha podido gestionar peor.
Pero, volviendo al inminente ERE que va a provocar más de 1.000 dramas familiares... ¿dónde estaban los sindicatos cuando las vacas eran gordas y se tiraba con pólvora de rey a todo lo que se moviera? ¿Dónde cuando se colocaba a dedo a 800 personas de modo ilegítimo -que no ilegal, que de eso saben bastante-? ¿Dónde cuando se daban férreas consignas políticas para marcar la línea editorial? Porque de aquellos polvos vienen estos lodos. Porque ahora que las vacas son flacas y que vienen mal dadas para los de siempre, los curritos, ahora sí que tímidamente han salido a la palestra a decir que la cosa está mal. No, bonicos, lo siento mucho pero tan responsables del desastre/pecado televisivo que es Canal 9 son los que han diseñado la acción como los que han ejecutado la obra como los que habéis callado por omisión durante casi dos décadas. Tener el riñón bien cubierto es lo que tiene, que degenera en adocenamiento y pequeñoburguesismo provinciano, amén de que muchos sindicalistas tienen un fantástico carnet de partido que es el que, como en el Monopoly, les libera del paso por prisión. Cojonudo, oigan.
Ahora lloramos todos pero da igual. Lágrimas de cocodrilo en algunos casos, porque entre todos la mataron y ella sola se murió. Mi abrazo solidario a los que se van a quedar en la calle. Mi odio eterno a los que lo han hecho posible.