viernes, 28 de diciembre de 2012

Sinvergüenzas

Tras ver la imagen que les adjunto en este post, se me ocurren muchos apelativos para estos dos diputados autonómicos de Madrid del Partido Popular, y algunos muy gordos, pero he pensado que la palabra sinvergüenzas los define a la perfección. Según la segunda acepción del término en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, una persona sinvergüenza es aquella "que comete actos ilegales en provecho propio, o que incurre en inmoralidades". 

Aunque no sea una ilegalidad, Bartolomé González y María Isabel Redondo, los dos diputados del Partido Popular de Madrid "pillados" jugando con su tablet y su móvil en plena Asamblea de Madrid, sí incurren en inmoralidades. Pero creo que no debería extrañar a nadie, salvo a aquellos que cuentan con una capacidad de sorpresa infinita. ¿Recuerdan el caso de Andrea Fabra? ¿Recuerdan aquel ¡Que se jodan! para los parados españoles? Lo de ayer de la Asamblea de Madrid no es sino una muestra más que buena parte de nuestros políticos no están donde están porque les interese la política o el bienestar de los ciudadanos. Están donde están porque no tienen nada mejor que hacer, porque pertenecen a una estructura política que les permite reírse de los ciudadanos constantemente, porque el partido político en el que militan les consiente esa falta de respeto a los ciudadanos, porque saben que se van a salir con la suya y porque, al final, todo esto quedará en nada, sabiendo que siempre habrá alguien que les ría la gracia y que los justifique.
Hagan un ejercicio de comparación. Imaginen que en su trabajo les pillan jugando con el ordenador de la empresa en horas de trabajo. Como mínimo un expediente, sin descartar el despido, ¿verdad? Son estos diputados liberales los que luego hablan de "optimizar recursos", "aumentar la productividad", "recortar en gastos", "trabajar más". Son estos diputados los que aprueban la privatización de la sanidad con el argumento de que se ahorrará en recursos, de que la gestión es mejor. ¡Vaya paradoja más macabra! Estamos en manos de sinvergüenzas, estamos en manos de personas que cometen inmoralidades.
Se ríen de nosotros en nuestra cara, y lo peor de todo es que parece que nos da igual.

jueves, 13 de diciembre de 2012

La Semana Fantástica de la Guardia Civil

Más de un mes sin escribir. Demasiada rabia contenida en ese lapso. Y hoy, para colmo, nos enteramos por 'Público' que el Gobierno del PP dio orden a la Guardia Civil el pasado mes de abril para que le informara con una semana de antelación de cualquier operativo que incluyera investigaciones y detenciones de políticos y registros de sedes oficiales e inmuebles, según reza en una Circular interna de la Benemérita. La denuncia parte de una diputada de Coalición Canaria en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, por lo que le concedo un alto grado de fiabilidad a tenor de la documentación aportada (la propia Circular). Se trata de una táctica cuasimafiosa que, de inicio, presupone medidas discriminatorias para la clase política, pervierte gravemente las diligencias e instrucción de los casos y, sobre todo, obstaculiza de un modo objetivo la acción de la Justicia, al poner -de forma presunta- anticipadamente en conocimiento de los presuntos delincuentes los registros legales y las detenciones.
 
Desde abril. Casi nueve meses. Más de treinta semanas en las que se puede haber estado filtrando sistemáticamente dicha información desde los investigadores directamente a los delincuentes. No alucino porque mi capacidad de sorpresa ya es casi nula tras cuatro décadas en este mundo, y más concretamente en mi mundo: la Comunidad Valenciana (aquí se han dejado prescribir cuatro de los cinco delitos fiscales de los que se acusaba a Carlos Fabra... bueno, qué digo, aquí se ha absuelto a Francisco Camps!). Pero retomo el hilo de la noticia. Una treintena de semanas en las que los responsables de las investigaciones han debido informar directamente y por escrito al Director Adjunto de Operaciones, el teniente general Cándido Cardiel -en la foto-, acerca de dichos operativos. Las preguntas se me agolpan en la mente y todas son de cajón: ¿Me puede explicar alguien por qué y para qué disponía de dicha información el segundo al mando en el escalafón de la Guardia Civil? Es más, ¿a qué iluminado de qué despacho ministerial se le ocurrió ordenar saltarse a la torera el concepto constitucional de 'todos iguales ante la Ley' y, evidentemente, con qué interesado objetivo? Porque esto no se le ha ocurrido a Cardiel ni al Director de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, esto viene impuesto desde arriba, y alguien de arriba debería responder por ello de inmediato. Y en menos de una semana.
 
A todo esto, me pregunto también qué pensarán al respecto los fiscales y jueces que durante estos casi nueve meses llenos de sus semanas fantásticas han visto cómo sus casos de corrupción contra cargos públicos o políticos en general decaían por falta de pruebas o fallos en la instrucción del proceso... y espero ansioso a saber su opinión. Porque de disponer de la información sobre investigaciones a directamente ordenar a quién hay que investigar y detener no hay más que un paso muy peligroso y muy antidemocrático.
 

viernes, 26 de octubre de 2012

Suicidios: la crisis que no se ve

Desde el punto de vista informativo, las noticias acerca de suicidios siempre se han silenciado o maquillado amablemente para no provocar lo que los expertos denominan 'efecto llamada', es decir, que se tome a los suicidas como ejemplo por su trascendencia mediática y se repitan o popularicen casos semejantes. Nunca he estado muy de acuerdo con esta tesis, pues silenciar una información no va con mis planteamientos periodísticos, amén de que se supone (como el valor en la extinta 'mili') que el destinatario de la información es lo suficientemente inteligente como para discernir sobre la misma. En fin. Ello, en plena era tecnológica 3.0 es, incluso, imposible y contraproducente para los propios medios, puesto que las redes sociales les han sobrepasado en cuanto a flujo y cantidad de información de todo tipo, con el peligro que ello supone en la merma de calidad. Negar la evidencia es de bárbaros (o áurigas, que diría Trecet), luego seguir silenciando los casos de suicidio por culpa de la crisis en los medios 'tradicionales' no sólo es una estupidez editorial sino que, además, deja a estos a los pies de los caballos por ocultar información sobre la que ya se está hablando en la calle e internet. Los últimos casos acaecidos en España me han hecho consultar datos y estadísticas y resulta que, evidentemente, se han incrementado los casos de suicidios en todas las Comunidades Autónomas -luego también en España aunque se niegue ya que por ley no se publican cifras desde 2006- y también que de los nueve casos diarios que se registran en nuestro país, un tercio es a consecuencia directa de la crisis. Nueve suicidas al día es bastante más que la cifra de víctimas mortales en accidentes de tráfico en el mismo periodo, y la estadística sólo recoge a los que lo consiguen, no a los otros 15-20 que lo intentan a diario, luego alrededor de treinta personas desean quitarse la vida cada jornada en España. Dramático.
Pero imaginemos por un momento que en vez de suicidios hablamos de violencia de género o xenofobia: Nueve casos al día (más de 3.000 al año) nos parecería una auténtica barbaridad, de hecho siendo muchísimos menos se les concede a nivel mediático una trascendencia inusitada y ahí nadie habla del posible 'efecto llamada' sobre la población. El pacato sentido del pudor católico con el que se ha educado y que constriñe a este país hace que callemos ante el suicida pero gritemos ante el maltratador, y que incluso no nos interesen las causas del primero mientras que desglosamos y analizamos las del segundo. Y, por desgracia, incluso asimilamos con cierta naturalidad que en ambos casos se trata de enfermos mentales.
Pues bien, la crisis que no se ve, la silenciosa, la del cabeza de familia que se lanza por una ventana cuando van a ejecutar un desahucio, la del jubilado que prefiere morir porque no le llega con la pensión para comprar sus tratamientos médicos o la de la madre que se lanza ante un tren en marcha porque no puede dar de comer a sus hijos, esa crisis, ya ha llegado, y sigo pensando que el silencio (informativo y social) es mucho peor y mata mucho más que el propio hecho de suicidarse.
NOTA: La imagen que ilustra el post es de 'Alerta Digital'.

viernes, 21 de septiembre de 2012

El recurrente discurso de la independencia


Los aficionados al teatro, y los que no lo son tanto también, habrán podido ver que la reunión celebrada ayer entre el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, no fue sino una burda opereta. Ninguno de los dos se salió del guión. Pero en contra de la opinión generalizada, creo que el que tiene más que perder es Artur Mas.
El líder catalán llegaba a La Moncloa con la fortaleza de la manifestación que tuvo lugar en la tarde del 11 de septiembre, cuando más de un millón de personas colapsaron Barcelona para pedir algo más que ventajas fiscales para Cataluña. Artur Mas supo aprovechar esa instantánea, y lanzó el órdago a Rajoy. Y lo perdió. Porque a pesar de todo, Mas sabe que el líder de la derecha española y jefe del Ejecutivo no está dispuesto a darle lo que pide, y más en tiempos de crisis. En la comparecencia ante los medios de comunicación posterior a la reunión, el presidente de la Generalitat de Cataluña supo muy bien medir sus palabras, supo transmitir un mensaje que mezclaba dosis de resignación y frustración, y lanzaba una advertencia: no todo estaba dicho. Con el adelanto de la convocatoria de elecciones en Cataluña cada vez más cerca, a Artur Mas tan solo le queda tirar para adelante, porque ese juego de indecisión al que siempre ha jugado la derecha nacionalista catalana, pactando primero con unos y luego con otros, ya no vale. Sin embargo, no todo está perdido. A Artur Mas le viene muy bien haber cogido el discurso de la independencia, ya que con él tapa todas y cada una de las medidas que ha tomado su Gobierno desde que llegó al poder, y que han pasado por recortes en servicios básicos como sanidad o educación, además de rebajas en los sueldos de los empleados públicos.
¿Y Rajoy? Al presidente también le viene bien esta situación, no tanto por las decisiones que deberá tomar si el ejecutivo catalán sigue adelante con su apuesta soberanista, sino porque esto le ayuda a desviar el foco del hecho que sigue retrasando pero que todo apunta que deberá tomar: pedir el rescate total para España. Como ya viene siendo habitual, los españoles hemos de leer la prensa extranjera para saber que el Gobierno ya está negociando las condiciones de ese rescate. Pero volviendo a la reunión, Rajoy se limitó a darle más una mejora en el sistema de financiación autonómica actual, algo que sabía que el líder catalán no iba a aceptar. Tras la reunión, una nota de prensa en la que no sin cierta sorna se recordaba todo el dinero que ha recibido Cataluña del Estado Español, algo que podría acabarse si el pueblo catalán decide ir por libre. Algunos 'hooligans' de la prensa libre de este país ya han exigido que se aplique el Artículo 155 de la Constitución Española para evitar la independencia de Cataluña. El Ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, ya dejaba claro que, hoy por hoy, sería imposible aplicarlo porque aún no se ha dado ninguna situación que lo permita, y es que las simples declaraciones incendiarias de unos y la reacción parafascista de otros no es suficiente.
Con todo, me atrevería a aventurar que Artur Mas y Convergència i Unió, partido que sustenta al presidente de la Generalitat de Cataluña, han lanzado el órdago de la independencia, pero no se atreverán a llevarlo a cabo. Y es que a los nacionalistas catalanes les importa más contar con una mejor financiación que los derechos nacionales del pueblo que dicen representar, siendo el discurso de la independencia un recurso muy goloso que los nacionalistas retoman de vez en cuando, cuando la realidad les supera. La derecha nacionalista catalana nunca ha querido de verdad luchar por la independencia, nunca ha querido reivindicar Cataluña como pueblo independiente en el contexto europeo; simplemente le ha bastado con ir ganando autonomía con los años para ir gestionando sus recursos. Realmente, Papá Estado Español nos viene bien.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

La Transición, esa gran culpable

Pertenezco a la última generación que nació bajo la dictadura franquista y, aunque su muerte me pilló con cinco añitos, recuerdo mi adolescencia marcada aún por carreras ante la Policía, banderas fascistas en los relojes de los pijos de Cánovas y un odio generalizado y visceral hacia todo lo que oliera a demócrata o progresista. Entonces -como ahora- se hacía una encendida defensa de la Transición española de la Dictadura a la Democracia que durante años se puso como modelo para los países latinoamericanos. Qué error. Qué tremendo error. Ahora, con la perspectiva que da la edad, se da uno cuenta que por culpa de aquello es y será imposible que nos deshagamos de 'las dos Españas', y que por siempre seremos un pueblo cainita condenado al rencor y la venganza. Esa es la auténtica herencia de Franco, que su espíritu y su influencia sobre una sociedad ignorante y viciosa sigue perdurando otros cuarenta años después. Muerto el perro, no se acabó la rabia; llegó el momento en que los denominados 'padres de la Constitución' se aflojaron la corbata ante un copazo de coñac y pactaron el 'café para todos' con la intención de pasar página, resultando que -sin más- se cerró el libro negro de la dictadura sin que pudiéramos leer un último capítulo dedicado en exclusiva a rendir cuentas ante la sociedad que sometió y machacó durante cuatro décadas. Y aquí paz y después gloria, se dijeron, creyendo que si el pueblo alemán había conseguido superar el 'síndrome Hitler', el español seguiría la misma senda. Con la diferencia de que aquí no hubo un Nuremberg que devolviera a cada uno a la realidad legal y le dijera qué era correcto y qué no. Se pasó de puntillas sobre el tema, y ninguno de los miles de beneficiados -directa o indirectamente- por la Dictadura hubo de responder por el inmenso lucro generado en sus familias durante cuarenta años. Y ahí se sentaron las bases de nuestro actual -y corrupto- modelo de Estado y sistema de Gobierno ("Todo queda atado y bien atado").
Nadie se cuestionó en 1975 la necesidad de una monarquía irrelevante y ya entonces anacrónica impuesta por el difunto dictador para que no volviera la República, y ello nos ha costado desde entonces miles de millones de euros salidos del erario público, amén de unos cuantos escándalos que nos definen perfectamente como pueblo desde su teórico máximo representante. Nadie preguntó entonces qué pasaba con las decenas de miles de personas obligadas a exiliarse por motivos políticos y/o sociales. A nadie le pasó por la cabeza plantearse qué pasaba con los cientos de miles de hectáreas y propiedades sustraídas de forma ilegal a los 'rojos' para ser entregadas a sus denunciantes o a la Iglesia, cuando ésta no era principalmente la que levantaba su católico dedo acusador. Y, sobre todo, nadie tuvo los santos cojones de hacer que la cúpula ideológica franquista, bien asentada y protegida en la aristocracia, la banca, el Ejército y la Iglesia, respondiera por la limpieza étnica que se llevó a cabo en este país para intentar vaciarlo de rojos, judíos, masones, comunistas, homosexuales y librepensadores.
Para colmo, faltó valor (o ganas) a nivel constitucional para declararnos Estado laico (no es lo mismo "aconfesional" que "laico", sobre todo cuando existe firmado un Concordato con la Santa Sede) y no se quiso apostar por un Estado federal a imitación de los 'lander' alemanes, quedándonos con este obsoleto sistema de Comunidades Autónomas que, a la postre, ha sido y es uno de los grandes males de la actual política administrativa y financiera española.
Pues de aquellos polvos estos lodos, pues la misma oligarquía que promovió y sustentó al dictador es la que ayer no pagó por sus crímenes y hoy disfruta de enormes prebendas en el sistema democrático. Les bastó con maquillarse de 'demócratas de toda la vida' para seguir mangoneando a su antojo y que, por ejemplo, no se persiga ni fehaciente ni convenientemente el delito de evasión fiscal de capitales. "Todo queda atado y bien atado", que dijo el infame. Y tanto, que aún ahora notamos los nudos.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Picaresca: La gran mentira española

Dice un amigo mío -al que no cito expresamente por discreción- que la crisis que nos asola desde 2007 acabará muy pronto, básicamente porque en nuestro país ya no quedará nada por robar. Y, exageraciones aparte, más o menos va a ser así, porque España vive instaurada en la mentira de que somos un país de pícaros, cuando en realidad somos un país de ladrones. Y me explico: Aquí roba todo Cristo. Primero revisemos la definición del término en mi querida R.A.E., que en su segunda acepción determina que robar es "Tomar para sí lo ajeno, o hurtar de cualquier modo que sea". Pues bien, en España roba el supermercado que le cobra a 0'65€ el kilo de cebollas cuando a su propietario le ha costado unas diez veces menos. Roba el agente comercial que presenta ante su empresa facturas de desplazamientos o dietas no realizados, y las cobra. Roba el funcionario que se toma un cuarto de hora libre porque sí para abandonar su puesto de trabajo e ir a comprar en la tienda de la esquina. Roban los banqueros cuando a ellos les `venden' dinero al 1% de interés y a usted se lo prestan al 7'5%. Roba el político metiendo la mano en la caja pública, colocando a amiguetes o concediendo contratos a cambio de prebendas. Roba el oficinista que aprovecha para llevarse a casa paquetes de folios, bolígrafos y grapas. Y roba hasta el Rey ocultando sus cacerías de elefantes, osos y otros mamíferos bípedos de origen alemán que, evidentemente, pagamos entre todos. ¿Pícaros? No, amigos, aceptémoslo: Somos un país de ladrones.
Se llame Mario Conde Conde o Dionisio Rodríguez Martín, no lo dude, si es español lleva un mangante en su interior. Con estudios universitarios, de guante blanco y saqueando miles de millones en Banesto o segurata trincando un furgón blindado para fundíselo en putas y coca en Brasil, da igual. Esto es España. Miren si somos ladrones en este país, que los principales traficantes de dinero, los bancos, hasta atan con cadenitas los bolígrafos de las ventanillas para evitar que desaparezcan.
El movimiento del 15-M popularizó el grito "No hay pan para tanto chorizo", y nunca pudo estar mejor resumido el concepto de lo que ha pasado en este país. Con los mangantes instaurados desde la nefasta Transición en los puestos clave y la conciencia global de que somos un pueblo de simpáticos pícaros, la ciudadanía ha consentido -no por ignorancia, sino por omisión e incluso connivencia en algunos casos- que se esquilmaran las arcas públicas. Y aquí no ha pasado nada mientras las vacas eran gordas y una comisión de aquí y una visita al burdel de allá no afectaban a que la manada siguiera rumiando. Pero el pasto se ha secado, las pocas vacas que quedan ya son flacas, y de repente -¡oh, sorpresa!- nos hemos desayunado con una clase política mayoritariamente corrupta y una banca usurera hasta límites insospechados. Entonces, y sólo entonces, nos hemos llevado las manos a la cabeza y hemos disparado los índices señalando a los culpables.
Recuerdo que a principios de los años 90 Eduardo Zaplana popularizó una frase (atribuida a él pero cuyo autor fue Vicente Sanz, entonces presidente provincial del PP en Valencia) en la que se despejaban dudas sobre la clase de calaña política que se avecinaba en los siguientes años: "Yo estoy en política para forrarme". El señor Sanz desapareció un tiempo de la escena pública pero volvió años después como flamante secretario general de Canal 9, y nunca le faltaron amigos en el PP, todo sea dicho de paso, ni un sueldo de la Administración que llevarse al bolsillo. Y aquí no pasa nada. Un pueblo de bien, civilizado y con conciencia social lo habría corrido a gorrazos al día siguiente de saber sus pensamientos; o, como en el viejo Far-West, lo habría untado de brea, emplumado y expuesto en la plaza pública para su vergüenza, si la conociera. Pero aquí no. Esto es España, amigos. Regeneración democrática, piden algunos. Y una leche. Aquí lo que hace falta es una revolución.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Verdaderos demócratas

No les descubro nada nuevo si les digo que desde hace muchos años recorren algunos medios de comunicación de este país tertulianos y columnistas que, pase lo que pase en España y en el mundo, gobierne quien gobierne, haya crisis o no, no hacen sino soltar bilis por esas bocas y plumas que Dios les ha dado. Como ejemplo vale este artículo de Alfonso Ussía en el diario La Razón publicado el pasado 4 de septiembre. Antes de seguir leyendo este post, echen una mirada al susodicho artículo, no tiene desperdicio, y entenderán mejor el resto del post.
Dice Ussía que no hay que tener miedo a decir lo que se piensa, que únicamente lo hacen los que no tienen complejos. Estoy de acuerdo con él en esta afirmación. Por ello, voy a decir lo que pienso de usted, sobre todo porque los columnistas y "líderes de opinión como usted" no conocen los límites.
Señor Ussía, a usted le importa un bledo el sistema democrático y el Estado de Derecho que tanto dice defender. Porque debe saber, señor Ussía, que el cumplimiento de la ley, nos guste o no, es la base para que el Estado de Derecho funcione. Y debe saber, señor Ussía, que aunque no nos gusten las decisiones de algunos jueces, o pensemos que tal o cual recluso deberían estar en la cárcel de por vida, eso no es óbice para que nos saltemos la ley y, de forma arbitraria, mantengamos a un preso en prisión si la ley tiene sus resortes para que pase los últimos días de su vida con los suyos.
Afirma usted, señor Ussía, que ha fracasado el Estado de las Autonomías, que ha terminado con nuestros recursos. Puedo estar de acuerdo con usted, es cierto que hay duplicidades y gastos innecesarios. Pero eso no significa que nos carguemos los gobiernos autonómicos, que volvamos a un centralismo caprichoso y arbitrario, un centralismo que beneficie a ciertas regiones desoyendo a otras, y negando derechos históricos ya consolidados. Y tampoco es cierto que este nacionalismo que usted tanto critica (debería saber que también existe el nacionalismo español, que es igual o más peligrosos que los que usted ataca) sea el principal de nuestros males. A mí tampoco me gustan, ni los defiendo, pero lo que no hago es desprestigiarlos afirmando que están cercanos a organizaciones terroristas.
Muy democrática también es su visión sobre la Sanidad Pública. Ese "buenismo" que usted critica ha permitido que la sanidad española sea una de las mejores de todo el mundo, que todo ciudadano que vive en España tenga una cobertura sanitaria digna y gratuita, y que los profesionales sanitarios españoles sean de los más preparados. Seguramente, usted preferiría que dejar fuera de ese sistema sanitario a los que no pueden pagarse un seguro privado, a los que únicamente pueden ir al médico si es gratis. Eso sería muy democrático.
Y lo que es más preocupante, señor Ussía, es la obsesión que tiene usted en que el Ejército esté más presente en la vida pública española, en que esté más presente en Euskadi, dando alas y argumentos a aquellos que han hecho de las pistolas y el terror su forma de vida, justificando su actitud con la presencia de un supuesto ejército invasor. Parece que usted, señor Ussía, quiere apagar el fuego con gasolina. Durante casi 40 años, el Ejercito estuvo presente en la vida de los españoles, asfixiándolos, sometiéndolos, atormentándolos y negándoles la democracia y el Estado de derecho que usted tanto dice defender.
Y ni voy a entrar en los manidos y peregrinos argumentos suyos sobre jueces y tribunales que, cuando nos conviene son independientes y cumplen con su deber y, cuando no, están manipulados y permiten la entrada de terroristas en las instituciones, por no hablar de lo malos que son los sindicatos. Argumento patético, señor Ussía.

jueves, 19 de julio de 2012

El Estado de Derecho, en claro peligro

El Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos afirma: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión". Además, el Artículo 20 de la Constitución Española reconoce y protege los derechos "a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción" y a "comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión". Así al menos lo estudié en la Universidad y no creo que, de momento, haya cambiado.

Pues bien, en el día de hoy, el Partido Popular -y, por ende, el Gobierno de España- ha aprobado en el Congreso de los Diputados que se inste al Gobierno -es decir, a sí mismos- para tipificar como delito la mera difusión de información, la resistencia pasiva, la desobediencia civil, además de limitar el derecho de reunión y manifestación y endurecer el concepto de 'alteración el orden público', apoyando descaradamente la moción de Convergència i Unió en tal sentido. Pero entre la propuesta de los nacionalistas catalanes que tanto ha agradado al PP se incluye un párrafo que iguala o incluso supera todo lo anterior; atentos: "Recoger la tipificación específica de la difusión de información que tenga por objeto organizar, promover la participación o reforzar la decisión de tomar parte en acciones de alteración del orden público constitutivas de delito". Vamos, lo que traducido viene a ser que si en teoría apoyas una manifestación y así lo haces constar en internet, en la práctica podrías ser juzgado por la comisión de un delito.
Estaba claro que tras atacar vía recortes la Sanidad, la Educación y la Cultura públicas, el siguiente paso en la desmembración del Estado de Derecho español (no el del Bienestar, el de Derecho) iba a ser cercenar la libertad de expresión, y como la mayoría de los medios de comunicación convencionales están relativamente controlados a través del flujo de subvenciones y la publicidad, amén de unos dueños plegados a la Banca cuando no son la misma Banca, imagino que a por lo que van -realmente- es a por las redes sociales, auténtico motor de comunicación de esa gran mayoría en España que no puede o no quiere acceder a un diario a diario, y verdadero foco de la crítica social más corrosiva hacia el actual Gobierno de Mariano Rajoy. Se han liado la manta a la cabeza y pretenden cambiar la legislación sin cambiar antes la Constitución, y en el ambiente prerrevolucionario y convulso en el que nos están haciendo vivir -porque hace un año no vivíamos así- ello supone una nueva provocación que, sinceramente, no sé qué pretende salvo caldear aún más el ambiente y de paso justificar la campaña publicitaria que han puesto en marcha para reclutar nuevos policías, guardias civiles y soldados. Les van a hacer falta, sobre todo ahora que parte de esos cuerpos y fuerzas ya comienzan a manifestarse en las calles junto a la ciudadanía. Mientras el Gobierno no lo apruebe vía Consejo de Ministros, blogs como éste u opiniones vertidas a través de Twitter o Facebook seguirán siendo legales; después, ya veremos. Atacando la Sanidad, la Educación o la Cultura mermas el Estado del Bienestar; atacando la libertad de expresión y el derecho a la información destruyes una de las bases fundamentales del Estado de Derecho.

Sólo recordaré, para finalizar, que esta moción se ha aprobado con el Congreso de los Diputados blindado por la Policía Nacional y acordonado por un vallado de seguridad. Tienen miedo. Y el miedo se huele. Igual que la sangre.

viernes, 13 de julio de 2012

Lo que esconde el ¡Que se jodan! de Andrea Fabra


Seguramente, en su imaginario personal, Andrea Fabra, diputada del Partido Popular, lanzó ese ¡Que se jodan! pensando que así apoyaba la intervención de Mariano Rajoy el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, le ha hecho un flaco favor al PP, porque ha puesto encima de la mesa lo que realmente esconde esta desafortunada expresión:

  1. Andrea Fabra ha destapado la calaña de la que están hecha algunos diputados que ocupan su escaño, ha destapado lo que algunas de sus 'señorías' piensan sobre los parados, esa gente que hace cola frente a las oficinas del INEM esperando a que les den su prestación mensual gracias a la cual no buscan trabajo y viven de Papá Estado. Por eso se les recorta la prestación al sexto mes, para que espabilen.
  2. Andrea Fabra debe pensar que está por encima de la gente que lo pasa mal, debe pensar que es de una casta aparte, esa casta que a la que no le importa lo más mínimo la suerte que corren los ciudadanos. Tenga en cuenta, señora Fabra, que no a toda la gente le toca la lotería cada Navidad, como a su familia.
  3. Andrea Fabra ha logrado que lo que era un secreto a voces se haya convertido en una realidad. Los méritos que hacen algunos para ser políticos y para conseguir un escaño es cero. En algunos casos, basta tener la recomendación del alguien de arriba o, como en este caso, ser hija de alguien de peso en el Partido Popular: ser hija de Carlos Fabra ha de servir para algo. Ese 'amor' por la política, ese querer convertirse en un servidor público no es tal, sino que pasa de generación en generación, de padres a hijos, como un modo de vida, como una manera segura de tener el futuro asegurado. Y con esa actitud, esta gente desvirtúa la política, algo de lo que todo deberíamos sentirnos orgullosos, algo que debería ser muy grande.
  4. ¿Y los votantes parados del Partido Popular?¿Qué deben pensar los que de buena fe votaron al PP pensando que cambiaría su suerte? ¿Qué deberían hacer? Hacer fuerza para forzar la salida de Andrea Fabra, que deje su escaño a alguien que muestre más respeto y que realmente haga cosas para que los parados de su provincia dejen de serlo. Sinceramente, no creo que un votante parado del PP tenga como objetivo joderse personalmente.
  5. En este caso, y tras la repercusión que está teniendo este caso, el PP debería tomar cartas en el asunto. Debería expulsarla, aunque seguramente no será así. Anoche, desde el Partido Popular se mandaron SMS a periodistas afirmando que ese ¡Qué se jodan! iba dirigido a los miembros del Grupo Socialista. Si eso es así, ¿con qué razón lo hace? ¿Cómo se joden los diputados del PSOE cuando Rajoy anuncia los recortes? ¿Acaso el Grupo Parlamentario Socialista está compuesto de parados?
Aquí les dejo un 'tweet' de Borja Sámper, presidente del PP de Guipúzkoa, sobre el caso que nos ocupa. Les recomiendo que si tienen cuenta en Twitter le sigan.

lunes, 9 de julio de 2012

¿A qué teme Mariano Rajoy?


Todo aquél que siga la actualidad política de este país sabrá la manera preferida de Mariano Rajoy en afrontar los problemas. El líder del Partido Popular y actual presidente del Gobierno de España siempre ha sido partidario de dejar que los problemas se pudran por sí mismos, que se resuelvan de alguna u otra manera. Recuerden sino cómo encaró a sus críticos dentro del PP cuando perdió las elecciones generales de 2008, o la estrategia que siguió para apartar a los implicados en la trama Gürtel. Rajoy siempre ha sabido aguantar la presión tanto interna como externa muy bien.
Desde que llegó a la presidencia del Gobierno a finales del pasado año, ha seguido la misma estrategia. Sin embargo, estar en Génova no es lo mismo que estar en La Moncloa. Muy poco se ha prodigado Mariano Rajoy con los medios de comunicación, y muy poco lo ha hecho para explicar a los ciudadanos todas y cada una de las medidas que está tomando para evitar el tan temido rescate al Estado Español. Podría decirse que los socios europeos lo conocen mejor que los españoles.
Todavía no ha comparecido ni una sola vez tras los Consejos de Ministros en los que se han ido aprobando de manera sistemática las medidas de ajuste más severas de toda la democracia. La presencia de Rajoy en los medios y frente a la opinión pública se ciñen a las que hace hacia su propio público, esto es, en actos del PP o los de la Fundación FAES. Ha decidido que este año es mejor no hacer el Debate del Estado de la Nación (total, es muy aburrido y todo el mundo sabe cómo acaba), y ha preferido fotografiarse junto a los jugadores de la selección española o junto al arzobispo de Santiago entregándole el Códice de la Catedral de Santiago, y también ha decidido que es mejor no ir a Valencia en la peor oleada de incendios que se recuerdan en décadas.
Ser presidente de un Gobierno exige algo más que fotografías amables, exige dar la cara. Va en el cargo, además de ir quemando poco a poco a algunos de tus ministros. Y no estoy exigiendo nada más que el compromiso que adquirió a comienzos de año, cuando afirmó que no se iba a esconder frente a la crisis.

miércoles, 4 de julio de 2012

Canal 9: Entre todos la mataron...

El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que en los próximos dos o tres meses va a dejar en la calle a más de mil trabajadores de la Radio Televisión Valenciana no es sino la conclusión lógica a la política de desmanes que, a todos los niveles, ha regido durante los últimos veinte años en el ente público. Veinte años, se dice pronto, pero es casi el tiempo que lleva el PP gobernando en la Comunidad Valenciana. Y me gustaría explicarme convenientemente antes de que las docenas de compañeros (algunos incluso amigos) que allí -aún- trabajan se armen con antorchas y vengan a por mí. La explicación de la falla, como decimos en Valencia, es muy sencilla. Canal 9 nació en 1989 bajo el último Gobierno socialista de Joan Lerma, al amparo de una Ley que ni socialistas ni posteriormente populares se han encargado de respetar o hacer cumplir. Con el ascenso al poder de Eduardo Zaplana en 1995, la televisión pública de los valencianos pasó a ser responsabilidad del PP, que se encontró una plantilla de 653 trabajadores (ya inflada para la época) y una deuda asumible y ajustada de 32 millones de euros acumulada en seis años de emisión. Diecisiete años después -como acertadamente denunciaba a principios de 2012 'El País'-, la plantilla supera los 1.800 trabajadores y la deuda se dispara a los 1.200 millones de euros, gracias a los Gobiernos de Zaplana y posteriormente Francisco Camps, quien al suceder al murciano también se encargó de colocar a "los suyos" y reorientar de nuevo la línea editorial de la cadena. Sólo las cifras bastarían para poner en entredicho la extraña gestión y administración del ente público durante estas dos décadas, pero si contamos que 800 de esos 1.800 trabajadores han sido colocados 'a dedo' sin pasar por ningún tipo de oposición o examen empezaremos a entender el desmadre financiero que ha regido Canal 9. Y eso no me lo tiene que contar nadie porque lo he vivido: Media redacción del extinto 'Mini Diario' fue contratada en Canal 9 a finales de los 90 con una simple llamada telefónica (pero no una por compañero, no, una para todos en plan "y ahora pásame con X" ...patético y muy ratero, la verdad).
Un ejemplo más: ¿Saben lo que cuesta disponer de un equipo emitiendo en directo para un informativo, es decir, un enlace de satélite para apenas un minuto de televisión? Unos 6.000 euros. Pues bien, nuestros servicios informativos a lo largo de estos años han tenido a bien contarnos en directo -y a ese precio- sobre la calabaza más grande cultivada en la Comunidad Valenciana o una concentración de moteros en cualquier pueblo. Información, lo llaman. Y eso sólo los informativos; súmenle ahora el resto de programas al estilo de 'En Connexió', que viven básicamente del directo...
Otro: Contraviniendo claramente el espíritu y la letra de la Ley de Creación del Ente Público Radio Televisión Valenciana, durante más de diez años se ha mantenido un bloque de unos 600 trabajadores con contratos de obra a los que cíclicamente se despedía y volvía a contratar en función del programa o departamento al que estuvieran adscritos.
Y el peor ejemplo posible: los sueldos. El único punto de envidia que -creo- hemos tenido el resto de periodistas valencianos durante estos años hacia los compañeros de Canal 9. Nóminas muy por encima de la media del sector y del país para unos trabajadores con una cantidad de trabajo (no entro a discutir la calidad) mucho menor que la media. Conozco muchos compañeros que nada más salir de firmar su contrato en Burjassot se iban al concesionario más próximo de Audi a encargarse un A-3 o meterse en una hipoteca de 400.000 euros. No hay estómago más agradecido que aquel que está bien alimentado. Para que se hagan una idea, sólo el capítulo de Personal en los presupuestos de Canal 9 de 2009 superaba los 81 millones de euros cuando, por ejemplo, los ingresos previstos por publicidad y venta de derechos (fútbol) fueron de 45.
En medio de todo ello, contratos salvajes con productoras mediocres para llenar el bolsillo de amiguetes y de paso la parrilla de programación con bodrios infumables, viajes no justificados a cargo del erario público a celebrar cumpleaños en Marruecos, despliegues dignos de la CNN para celebrar la visita del Papa o cubrir las regatas de la America's Cup, pago de derechos y un equipo específico para la retransmisión de la Fórmula 1 cuando una cadena nacional ya lo emitía en abierto o la pérdida en picado de una audiencia que en 1995 rozaba el 19% de 'share' y que en la actualidad apenas llega al 6%... vamos, que difícilmente se ha podido gestionar peor.
Pero, volviendo al inminente ERE que va a provocar más de 1.000 dramas familiares... ¿dónde estaban los sindicatos cuando las vacas eran gordas y se tiraba con pólvora de rey a todo lo que se moviera? ¿Dónde cuando se colocaba a dedo a 800 personas de modo ilegítimo -que no ilegal, que de eso saben bastante-? ¿Dónde cuando se daban férreas consignas políticas para marcar la línea editorial? Porque de aquellos polvos vienen estos lodos. Porque ahora que las vacas son flacas y que vienen mal dadas para los de siempre, los curritos, ahora sí que tímidamente han salido a la palestra a decir que la cosa está mal. No, bonicos, lo siento mucho pero tan responsables del desastre/pecado televisivo que es Canal 9 son los que han diseñado la acción como los que han ejecutado la obra como los que habéis callado por omisión durante casi dos décadas. Tener el riñón bien cubierto es lo que tiene, que degenera en adocenamiento y pequeñoburguesismo provinciano, amén de que muchos sindicalistas tienen un fantástico carnet de partido que es el que, como en el Monopoly, les libera del paso por prisión. Cojonudo, oigan.
Ahora lloramos todos pero da igual. Lágrimas de cocodrilo en algunos casos, porque entre todos la mataron y ella sola se murió. Mi abrazo solidario a los que se van a quedar en la calle. Mi odio eterno a los que lo han hecho posible.

martes, 5 de junio de 2012

La memoria selectiva de Juan Roig

Cada vez que Juan Roig abre la boca para hablar de la crisis la caga profundamente. Un empresario que practica a conciencia el laconismo o la extrema opacidad cuando se trata de sus empresas (Mercadona, Valencia Basket Club) se ha convertido -por obra y gracia del PP- en la nueva Sibila financiero-económica de España. Sus oráculos hablan de "apretarse el cinturón" y "ponerse las pilas", criticando que este país ha vivido "por encima de sus posibilidades" y que "nos hemos pasado treinta pueblos"; es decir, cargando sobre la clase trabajadora y los sindicatos la presión de sacar a España de la crisis en que nos han metido sus amiguitos los políticos, los banqueros y los pseudoempresarios metidos a promotores/constructores. Roig tiene la cara muy dura, pero hay que reconocer que es listo (que no inteligente) como pocos, ya que su mayor éxito ha sido implantar mediáticamente en la mentalidad de todos que Mercadona es una empresa modélica desde el punto de vista laboral, cuando la realidad está muy alejada del mito popular, y así lo demuestran las más de 50 sentencias judiciales en su contra de los últimos años.
Pocos se atreverían a asegurar que Juan Roig es uno de los culpables de la crisis, pero en realidad así es. No hay que olvidar que hace más de dos décadas (con Joan Lerma y el PSPV en el Gobierno autonómico) se cambió la legislación en la Comunidad Valenciana para autorizar las grandes superficies alimentarias dentro de las ciudades cuando entonces el máximo permitido era de 300 metros cuadrados; curiosamente, comenzó entonces el proceso de implantación y expansión de Mercadona. Curiosamente. Y todo el mundo sabe que cuando uno de sus supermercados se inaugura, inmediatamente después comienza a menguar y/o desaparecer todo el pequeño comercio en ese barrio con la consiguiente destrucción de puestos de trabajo y de riqueza en general. Por no hablar de las condiciones leoninas a las que somete a sus proveedores obligándoles a vender a precios muy por debajo de lo justo según la política agresiva del 'conmigo o contra mí' (chantaje más bien). O el rumor que circula sobre que a mediados de los años 80 recibió entre 800 y 2.000 millones de las antiguas pesetas a fondo perdido gracias al propio Lerma y el entonces presidente del Gobierno de España, Felipe González (me viene a la mente su frase "las subvenciones son el cáncer de la improductividad"). Sólo por esto habría de callar Juan Roig hasta su jubilación.
Pero no. Cuando se tiene memoria selectiva uno sólo se acuerda de lo que quiere. Y con ese tipo de memoria es más fácil ser lenguaraz y dar lecciones impropias de un potentado que callar y seguir medrando gracias al esfuerzo ímprobo de tus más de 60.000 trabajadores y el silencio victimista de tus decenas de proveedores. Si encima los amigos del PP que se ha encontrado por el camino lo hacen poco menos que Santo concediéndole la Alta Distinción de la Generalitat Valenciana por su carácter emprendedor (sic) o haciéndole Doctor Honoris Causa por la UPV, pues ancha es Castilla. Menudo elemento.

jueves, 31 de mayo de 2012

La lúcida lección de Victoria Grant

Circula estos días por la red un video -ya viral por su magnitud mediática- de una jovenzuela canadiense explicando las razones de la crisis y su solución para la misma. Básicamente, Victoria Grant razona y analiza cómo los grandes bancos roban a los ciudadanos con la connivencia de los Gobiernos del mundo en un discurso claramente aprendido -sus padres son economistas- pero no exento de una sinceridad y lógica aplastantes. Desde su tierna edad, y en un importante foro como es el Public Banking Institute de los Estados Unidos de América, Grant lanza su diatriba presuntamente antisistema con frases como “resulta obvio, incluso para una niña de 12 años de Canadá, que estamos siendo robados y timados por el sistema bancario y un Gobierno cómplice”. Su defensa parte de que la mayoría del dinero que se maneja en el planeta es ficticio, no existe, y se genera simplemente dándole a una tecla en un ordenador. Y tiene razón: cuando a usted le conceden una hipoteca, el banco no saca la cantidad prestada para dársela físicamente y que usted se la dé al vendedor de la vivienda; simplemente traspasa la cifra de una cuenta a otra y en la suya aparecen mágicamente los números negativos de su deuda con sus correspondientes intereses. Y en la ‘gran economía’ pasa lo mismo, tanto con el dinero que prestan los bancos privados a los nacionales como los que estos prestan a los Gobiernos y otras entidades aunque, claro, a un interés mucho menor que el que le aplican al ciudadano de la calle porque las cantidades, al ser mucho mayores, generan unos beneficios asimismo brutales. Pero por mínimos que sean los intereses que la banca privada le cobra a la banca nacional, ello siempre derivará en un incremento de los impuestos a los ciudadanos, que son los que esforzadamente sostienen la deuda pública de cada nación. O sea, que para que justificar el ‘dinero que no existe’ al final siempre se tira mano del que sí existe, sacándolo del bolsillo del contribuyente para llenar el de los banqueros. El ejemplo de Canadá según Victoria: Los bancos sólo tienen 4.000 millones de dólares reales en sus reservas/cámaras acorazadas, pero han concedido préstamos por valor de 1’5 billones de dólares, luego la mayoría del dinero del que se habla es ficticio, pues sólo es deuda contraída en forma de préstamos. Hasta aquí, comprensible.

Antiguamente -de hecho, no hace tanto, apenas un siglo según países-, el patrón-oro marcaba la economía de un país según sus reservas y limitaba la deuda que podía contraer hasta unos límites razonables. Estadísticamente, desde que la moneda impresa o acuñada y el ‘dinero ficticio’ producto de la deuda -y no el oro en las reservas- marcan la economía mundial, la inflación no ha dejado de crecer a nivel global. Es decir, que desde que hemos facultado a entidades privadas para prestar dinero que no tienen (o el que tienen, que no es suyo sino de los impositores) sólo se han beneficiado esas entidades y sólo se ha machacado sistemáticamente a los ciudadanos en forma de impuestos. ¿Qué pasaría -se pregunta Victoria- si los Parlamentos de los países decidieran ordenar imprimir en billetes la deuda pública y entregaran la cantidad a las entidades acreedoras, ya que tienen esa facultad legal aunque no la pongan en práctica? Sinceramente, me gustaría saberlo.

La joven canadiense cita, además, a la Biblia recordando que Jesucristo expulsó a los cambistas del templo hace dos mil años “porque estaban manipulando moneda para robar a la gente”. El ejemplo es muy ilustrativo, lástima que veinte siglos después hayamos dejado que los nuevos templos/centros de poder sean, en realidad, los propios bancos, que son los que manejan la vida de Gobiernos y ciudadanos.

Para finalizar, una cita de la antropóloga Margaret Mead a la que alude Victoria Grant: “Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos puede cambiar el mundo; de hecho, eso es lo único que lo ha logrado”. Ojalá, con la diferencia de que los indignados y cabreados no son/somos, a nivel global, un pequeño grupo, sino una masa a punto de enfurecer.

martes, 29 de mayo de 2012

A los mercados no les importan los abucheos


Esta mañana decía el Ministro de Defensa en Tele 5, Pedro Morenés, que no le habían gustado los pitos y abucheos al himno nacional que se habían producido en la Final de la Copa del Rey del pasado viernes, y que esa situación transmitía una imagen de una nación desunida, cosa que aumentaba la desconfianza de los mercados en España. No es mi intención debatir aquí sobre los abucheos al himno, sobre si estuvo bien o mal, o si es una falta de respeto, o si los clubes participantes deberían pedir disculpas; este debate me parece una soberana estupidez y una pérdida de tiempo. Lo que sí me gustaría hacer recordarle a Pedro Morenés varias cosas.
  1. No creo que la principal preocupación de los mercados sea la de unos cuantos miles de aficionados al fútbol abucheando un himno nacional. Eso no paga deudas soberanas, ni intereses, ni sirve para hacer frente a vencimientos millonarios: Los mercados se fijan en otras cosas.
  2. La crisis internacional y la crisis española no comenzó el pasado viernes. Desde 2008 padecemos una recesión de consecuencias desmedidas, con un paro galopante y con una contracción económica mayor que la padeció el mundo en la década de los años 30 del pasado siglo.
  3. Habría que recordarle a Pedro Morenés que el desarrollo económico español basado en el ladrillo viene de lejos, al igual que el endeudamiento de gran parte de la sociedad española, y como consecuencia, la mayor parte de la banca española se encuentra en estos momentos sumida en una profunda crisis.
  4. También habría que recordarle a Morenés que las medidas tomadas por los Gobiernos Españoles desde 2008 no han servido para frenar la caída libre en la que nos encontramos, sino más bien al contrario. El control del déficit y el aumento del paro nos está llevando desde 2008 a una contracción de la demanda interna que ha provocado el desmantelamiento de una buena parte del tejido empresarial español, sobre todo pequeñas y medianas empresas.
  5. Recuerde, señor Morenés, que en la segunda legislatura del Gobierno del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero dio unos 20.000 millones de euros a la banca española para sanearla. Desde entonces, la situación del sistema financiero español ha sido puesta en entredicho no solo en España, sino también en Europa. Tras fusiones y creación de nuevos bancos, los mercados no han hecho sino recelar. Y con el caso de Bankia la cosa ha ido a peor, no solo porque el Estado tenga que sufragar los errores de sus gestores con más de 23.000 millones de euros, sino porque se ha mentido con sus balances y sus cuentas, y porque sus gestores dimiten y se van de rositas con indemnizaciones millonarias.
Creo que, al final, todo esto va a importar más que unos cuantos abucheos y pitidos en un campo de fútbol, señor ministro.

viernes, 25 de mayo de 2012

El pago del IBI no afectaría la labor de Cáritas

Desde que en 2008 estallara la crisis, cada vez más gente depende de las ONGs para poder sobrevivir. En España hay cientos, pero si una destaca, tanto por la labor que hace como por su presencia en los medios de comunicación y su directa relación con la Iglesia Católica es Cáritas.
Hace unos días, el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, advertía que si se hacía pagar a la Iglesia el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), se pondría en riesgo la aportación que la institución hacía a asociaciones u ONGs como Cáritas. El prelado respondía así a las intenciones de algunos ayuntamientos y partidos políticos de hacer pagar este impuesto para ayudar a las maltrechas arcas municipales. Pero ha sido la misma Cáritas, a través de sus Memorias (disponibles en su página web) la que desmiente a monseñor.
En el año 2008, Cáritas recibía un total de 216,3 millones de euros entre fondos públicos (83,04 millones) y privados (133,86 millones). Los donativos de particulares fueron este año su principal fuente de financiación (77,037 millones de euros); le siguieron las aportaciones de las comunidades autónomas (40,683 millones de euros), las de los ayuntamientos (18,421 millones de euros), fondos propios (15,493 millones de euros), aportaciones de destinatarios (15,029 millones de euros), IRPF (11,052 millones de euros), campañas específicas (9,671 millones de euros), bancos, cajas y fundaciones (7,990 millones de euros), subvenciones del Estado (7,571 millones de euros), Unión Europea (4,709 millones de euros), ventas (4,104 millones de euros), empresas y entidades privadas (2,566 millones de euros), organismos diocesanos (1,641 millones de euros) y Fondo Interdiocesano (332.168,89 euros).
En el año 2009, la ONG conseguía 230,017 millones de euros entre fondos públicos (87,107 millones) y privados (142,909 millones). Este año los donativos también fueron su principal fuente de financiación, con 92,654 millones de euros. Le siguieron las aportaciones de las autonomías (39,424 millones de euros), las de los ayuntamientos (21,227 millones de euros),aportaciones de destinatarios  (15,141 millones de euros), IRPF (10,836 millones de euros), bancos (8,506 millones de euros), Administración Central (8,449 millones de euros), patrimonio (8,088 millones de euros), campañas específicas (6,027 millones de euros), Unión Europea (5,186 millones de euros), financiero (3,404 millones de euros), entidades privadas (3,034 millones de euros), ventas (3,013 millones de euros), otras aportaciones públicas (1,983 millones de euros), organismos diocesanos (1,878 millones de euros), empresas (585.398 euros), Fondo Interdiocesano (298.671 euros) y legados (277.890 euros).
La Memoria del año 2010 es menos específica. Este año Cáritas recibe 247,531 millones de euros, repartidos entre fondos públicos (86,916 millones) y fondos privados (160,615 millones). En esta ocasión, la mayor partida llega a las arcas de la organización a través de socios, donantes particulares, colectas y campañas (131,142 millones de euros). Las Administraciones Autonómicas aportan 37,630 millones de euros, a los que hay que sumar las del IRPF (17,633 millones de euros), las de las Administraciones Locales (16,997 millones de euros), empresas e instituciones privadas (13,535 millones de euros), aportaciones de destinatarios (9,622 millones de euros), otras aportaciones de la Administración Central (8,782 millones de euros), Unión Europea (5,872 millones de euros), legados (4,623 millones de euros) y resultados financieros (2,050 millones de euros).
Tomando las Memorias de 2008 y 2009, las más desglosadas, se puede ver que la aportación que hace la Iglesia Católica (como institución) es una verdadera limosna dentro del presupuesto total de Cáritas. En el año 2008, la suma de las aportaciones de los Organismos Diocesanos y del Fondo Interdiocesano suponen un 1% del total, mientras que en el año 2009 suman el 0,95%. Algunos podrán argumentar que estos cálculos son erróneos. Sin embargo, es la propia Conferencia Episcopal Español la que confirma estos cálculos a través de una nota de prensa propia (lean completa la noticia y comprobarán que son los propios obispos los que reconocen que donarán a Cáritas el 1% del Fondo Común Interdiocesano).
Por tanto, y con estos datos en la mano, se puede afirmar que Rouco Varela mintió a la opinión pública española, y quiso hacer recaer sobre las conciencias de aquellos que piden el fin de ciertos privilegios de los que goza la Iglesia Católica (institución) el descenso de la obra social que lleva a cabo Cáritas. ¿Nadie le ha dicho al prelado que mentir es pecado?

jueves, 24 de mayo de 2012

No veo banqueros suicidándose

Nos estamos equivocando. Mucho. Los ciudadanos y la presunta e hipotética suma de los mismos, los Estados. Los primeros por desidia y los segundos por negligencia. El españolito de a pie hace tiempo que dejó de interesarse activamente por la política y se dedicó a votar una siglas o un cartel electoral sin conocer programas ni propuestas; y, a tenor de esto último, los partidos políticos llamados a formar Gobierno en nuestro país (PP y PSOE) dejaron de escuchar a la calle y vieron vía libre para hacer y deshacer a su antojo en función de los intereses de sus principales patrocinadores y/o dueños, los bancos. No es que antes le hicieran mucho caso a sus votantes, pero al menos los escuchaban. Ahora, ni eso. Y que no se te ocurra protestar por tus derechos.
Pero dejando de lado la coyuntura política, que es la que nos ha llevado a la actual situación de crisis galopante, me planteo que nos estamos equivocando en intentar salir de la crisis aplicando medidas que todos sabemos positivamente que ni van a repuntar la economía de la mayoría de la gente ni van a hacer descender las cifras del paro o la inflación. Me explico. La mayor catástrofe bursátil/financiera mundial hasta hace apenas cinco años ocurrió en Estados Unidos en 1929, lo que todos conocemos como “el crack del 29” y, aunque las causas no fueran las mismas en su esencia, los resultados a pie de calle sí lo fueron, con una escandalosa cifra de desempleados, pérdida de los ahorros de muchos ciudadanos y un 20 por ciento de las familias en situación de hambruna. Vamos, como Grecia desde 2010. O como España dentro de unos meses.
Sin embargo, en aquel momento el Gobierno de los EEUU adoptó una serie de medidas conocidas como el “New Deal” en las que, de la noche a la mañana –literal- y tras depreciar el dólar, básicamente se reducía la jornada laboral en un 30 por ciento al tiempo que se incrementaba el salario medio del obrero en otro tanto. De este modo no sólo se consiguió reducir de forma notable el paro de una forma directa, sino además reactivar la economía de forma indirecta, pues la fórmula ‘Dinero+Ocio’ siempre deriva en un incremento directo del consumo. Junto a esto, una serie de medidas para ejercer un mayor control de los mercados bursátiles y –sobre todo- las empresas que operan en ellos permitió en apenas unos años que EEUU volviera a ser lo que era y, de paso, se implicara en la Segunda Guerra Mundial, lo que definitivamente catapultó la economía norteamericana a nivel mundial.
Ochenta años después, parecemos empeñados en olvidar la Historia y seguimos intentando apagar los fuegos con gasolina, en España y en Europa. Hacemos lo contrario que EEUU con el “New Deal”. No sólo se están recortando brutalmente los derechos de la clase trabajadora, conseguidos con mucho esfuerzo tras cuarenta años de negra dictadura, sino que además se reduce la inversión básica en Educación y Sanidad y se intenta reactivar la economía inyectando capital en las entidades financieras causantes –en buena parte- del desastre económico global del sistema capitalista. Craso error. No soy economista, pero sé que nada de ello paliará la realidad actual de los casi seis millones de parados españoles.
Y súmenle otra gran diferencia, además: En 1929 los banqueros saltaban de lo alto de sus rascacielos para suicidarse y ahora, por el momento, no hay visos de que ninguno siquiera se asome a la ventana.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Las cosas, por su nombre

Ya está bien. La tomadura de pelo pormenorizada del sistema hacia sus miembros empieza a ser preocupante, tanto por el nivel de exigencia de uno como por el de aguante de los otros. Por mucho menos de la que está cayendo desde hace unos años se hubiera montado una guerra en el siglo pasado. Pero evolucionamos como especie, y o bien es que las tragaderas del ciudadano medio se han ampliado o es que ya nos da igual lo que nos pase tanto a nivel individual como colectivo. Y como uno -que además de periodista es ser humano- se hartó de ser políticamente correcto hace ya una década y aún le corre el gusanillo de la tinta por las venas, pues he decidido retomar mi pasión por escribir aunque sea para volcar las frustraciones diarias de este mundo en el que los puestos clave están regentados mayoritariamente por incompetentes y/o sinvergüenzas. Pero también quiero compartir este espacio digital con todo aquél que tenga algo que decir. 'Vigilantes' nace para dar cabida a los descontentos, a los indignados, a los valientes y a los resignados. La denuncia ciudadana, el 'boca-oreja' y el periodismo alternativo a través de las nuevas tecnologías de la información se hacen, hoy por hoy, mucho más necesarios que nunca. Unete. No calles. Lucha.